Todo estaba a su favor, tenía una carrera profesional impresionante en Ingeniería Comercial y Aeronáutica y siete años de experiencia en una importante empresa de telecomunicaciones donde obtuvo un título y salario deslumbrante.
Su esposa Verónica estaba a bordo de esos planes también, ya que los talentos y la carrera profesional de su esposo le dio el espacio y tiempo para enfocarse en ser mamá de sus dos hijos.
Christian inició su primer emprendimiento y lanzó un negocio de importación de hardware y partes de celulares aprovechando sus conocimientos y contactos en ese mercado. Pero las ventas no fueron como lo proyectado y subestimó a la competencia, pues no pudo competir con los precios de sus competidores.
Christian estaba en un hueco que el mismo había cavado, pero estaba seguro de que él solo podría construir una escalera salir de ahí. Desesperado y golpeado por las deudas siguió adelante. Por suerte, se encontró con la oportunidad de comprar una franquicia de calzado.
Decidió invertir el dinero que no tenían en la tienda. Pero la inversión en este emprendimiento exteriormente atractivo resultó en otra deuda agobiante.
La esperanza se había ido, Christian estaba quebrantado y en la quiebra.
Al encontrarse frente a frente con sus fallas, Christian aceptó la invitación de un amigo para visitar la iglesia de Cumbayá en Quito, donde conoció a Pablo, uno de los pastores y líder del ministerio “Libertad Financiera” de la iglesia, pero lo menos que Christian se sentía era libre.
La iglesia y el ministerio se volvieron vitales para Christian, y por primera vez en su vida dejó de confiar en sus habilidades de tratar de resolver todo y comenzó a confiar en Cristo, y con la mirada baja empezó a ver las finanzas con una nueva mirada. Su nueva familia en Cristo le ayudó a apropiarse de las escrituras que le dio sabiduría en cómo manejar su dinero.
Christian dejó de huir de los agentes de créditos y comenzó a tomar responsabilidad sobre sus deudas. Y mientras más confiaba y obedecía al Señor, el Señor más bendecía su franquicia de zapatos.
Actualmente su negoció está yendo muy bien, y Christian es un pionero en Ecuador en vender su franquicia de zapatos en línea. Y la historia que imaginó el día que renunció a su trabajo terminó con un héroe principal diferente.
Cristo y su iglesia le dieron encuentro a Christian en su desorden financiero, y ese hombre quebrantado, con deudas, y auto suficiente, se convirtió en un hombre libre.