Conozca a Demetrio y Katya. Ambos crecieron en dos mundos diferentes, pero compartieron la misma angustia. Demetrio tuvo una infancia cómoda en el sureste de España y aprendió el oficio de reparación de carrocerías de su padre cuando era adolescente, pero debajo de una cabellera rizada y un comportamiento tímido una lucha estaba creciendo. La educación atea de Demetrio dejó su joven corazón lleno de dudas. La duda se convirtió en una batalla con su imagen y la anorexia amenazaba su vida, a esto agregue un matrimonio fallido y un hijo que cuidar. Demetrio se sintió solo y desesperado por amor.
A medio mundo de distancia, las circunstancias interrumpieron la infancia de Katya. La belleza de la costa ecuatoriana no podía ocultar su sombrío futuro, pues el abandono la obligó a convertirse en la principal cuidadora de sus hermanos y primos. Katya desarrolló problemas de salud, sufrió relaciones abusivas y carecía de una conexión significativa con su propia madre. Desilusionada y desesperada por el cambio, se mudó a España con la esperanza de un nuevo comienzo.
Su anterior prometido la localizó y volvió a entrar en su vida, tiempo después ella quedó embarazada y él la abandonó nuevamente por otra mujer. Esta vez Katya estaba en un país extranjero como madre soltera. Poco tiempo después los abuelos paternos de su hija obtuvieron la custodia de su hija en contra de su voluntad...su vida era un desastre.
Mientras estaban en España, un mensaje de texto casual unió a Demetrio y Katya, un conocido en común envió un mensaje de texto desde el teléfono de Katya a Demetrio, y fue así como empezaron a hablar. Pronto se hicieron amigos, luego compañeros de piso, y finalmente se casaron. Su dolor en común, la falta de relaciones familiares, los matrimonios fallidos y los hijos de la misma edad se convirtieron en su vínculo. Pero pronto descubrieron que sus problemas compartidos no iban a poder sanar sus heridas reales.
Demetrio recurrió a la cocaína para eludir el dolor, y pronto su relación se volvió volátil. Katya se encontraba embarazada de su segunda hija, y las decepciones la habían rastreado de nuevo. En lugar de una familia, tenía un vacío. Con el corazón roto, Katya se preparó para regresar a Ecuador, y Demetrio ante la idea de perderla, decidió seguirla hasta Ecuador en un intento de salir de su adicción
La transición a Ecuador fue difícil. La familia de Katya no recibió bien a Demetrio, quien pronto se enfermó. Trans varios años de lucha se prepararon para venderlo todo y regresar a España. Pero inesperadamente surgieron dos oportunidades, primero, Demetrio recibió una oferta de trabajo que no pudo rechazar. Segundo, un amigo y vecino invitó persistentemente a Demetrio y Katya a la Iglesia Norte en Quito.
Katya aceptó la invitación y fue quien visitó primero. Allí experimentó un encuentro con Dios que le cambió la vida. Demetrio se rehusaba asistir al principio hasta finalmente cedió, él también fue tocado por el mensaje del evangelio y el generoso amor de la iglesia Norte.
En Norte, pudieron experimentar lo que es una familia amorosa, afectuosa y eterna que ambos anhelaron durante toda su vida: la familia de Dios. Ellos escucharon las buenas nuevas de Jesús, su amor y perdón abrió el camino para que Demetrio y Katya fueran adoptados en la familia eterna de Dios.
Hoy, Demetrio está madurando como discípulo de Jesús, ha encontrado paz y perdón por su pasado, y ahora guía a su familia a seguir a Jesús. Katya ahora mira hacia atrás y ve la constante búsqueda y provisión del Padre en todo momento. Ambos ven sus fracasos del pasado y el deseo de tener una familia como las mismas cosas que Dios usó para humillarlos y traerlos a Jesús.
Gracias por ayudar a cambiar vidas reales, matrimonios y familias.