A mano armada
Cristina cenaba en la cocina mientras su niño pequeño jugaba cerca. Como Gerente de Recursos Humanos de una importante empresa de telecomunicaciones en Quito, Ecuador, preparar la cena marcó su transición diaria de ser jefa de alto nivel a ser esposa y madre.
Leandro estaba arriba concentrado en una video llamada de una sus clases de seminario. Cristiana y Leandro se conocieron en el trabajo antes que Leandro renunciará a su trabajo de alto rango respondiendo al llamado de ministerio pastoral.
Cristina escuchó un sonido y pensó que era Leandro bajando, y Leandro escuchó el mismo sonido, pero pensó que amigos habían ido a visitar. Y fue cuando Cristina dándose la vuelta una voz extraña le dijo "danos todo lo que tienes ahora mismo o te matamos”.
Cristina empezó a gritar histéricamente mientras el miedo se apoderaba de ella, los tres hombres corrieron hacia ella y le pusieron un arma en su cabeza “danos todo ahora mismo, ¡todo!” pero la histeria de Cristina solo se incrementó.
La conmoción de abajo atravesó los audífonos de Leandro, pausó su clase y bajó esperando ver que un plato se había roto, llegando abajo Leandro cruzó miradas con los intrusos y todos entraron en pánico. Con la inesperada aparición de Leandro, y los gritos de Cristina, los ladrones se sintieron amenazados y se veía un catastrófico final a pocos segundos.
Los ladrones forzaron a la familia a una esquina de la cocina, y mientras uno se quedó con ellos a mano armada, los otros dos se encargaron de revisar toda la casa llevándose todo lo de valor que encontraban a su paso, joyas, computadoras, celulares.
En un abrir y cerrar de ojos, los ladrones se habían ido, y Cristina simplemente cayó a los brazos de Leandro, y en sollozos sostuvo a su pequeña, todavía sentía los latidos de su corazón como cañones en sus oídos.
Pasado un tiempo, Mark y Reathe Searing se encontraban recaudando fondos para unirse al personal de CMI. Ellos tienen una larga historia con Quito, Ecuador, y unas de sus metas es equipar a la próxima generación de pastores de iglesias de CMI.
Dentro de sus llamadas de cuidado pastoral, tenían agendada su llamada con Leandro y Cristina ya que Leandro lidera el ministerio de estudiantes y universitario de su iglesia.
Al inicio de la llamada Leandro mencionó el robo, pero Reatha presentía que había algo más gracias a sus conocimientos y habilidades en terapia de trauma. Finalmente, Cristina rompió el silencio y describió todo lo que pasó y cuan vulnerable se sentía.
Mark y Reatha lloraron con ellos, les dieron palabras de aliento, y oraron juntos, y por primera vez desde el incidente, Cristina se sentía segura de hablar de lo ocurrido y sacar esos sentimientos de dolor y pérdida.
Los pastores en Latinoamérica enfrentan diferentes desafíos, los cuales solo incrementaron desde la pandemia, razón por la que CMI se comprometió a pastorear a los pastores, volviéndose una de las tres prioridades estratégicas del 2021.
El futuro de la plantación de iglesias en Quito, Ecuador depende de la próxima generación de líderes como Leandro y Cristina, y eventos traumáticos como estos pueden desviar o permanentemente dañar a parejas jóvenes. Leandro no puede evitar pensar que este incidente sucedió mientras él se encontraba en sus clases de seminario para liderazgo pastoral.
Hoy en día, Leandro y Cristina se encuentran en el proceso de recuperación, y se sienten más unidos que nunca antes y emocionados por su llamado a servir en la iglesia. Están eternamente agradecidos por Mark y Reathe, y por CMI y su compromiso permanente para equipar la próxima generación de líderes en Latinoamérica.