Ivan y Paola se conocieron en una fiesta el 2005, la chispa entre ambos fue rápida e instantánea, pero esa relación trajo consigo una década de caos y dolor.
Un mes después de su primer encuentro, Paola descubrió que estaba embarazada. Iván se encontraba asustado, y a pesar de tener el deseo de ser padre, no podía imaginarse dejar ir sus fines de semanas y su relación con las mujeres.
Luego de 9 meses, Iván y Paola se convirtieron en padres orgullos de Juan José. Había decidido no casarse, pero intentaron empezar a vivir juntos para criar a su hijo.
Este intento de familia fracasó, y no importa que tanto Ivan deseaba ser un buen padre, su deseo hacia otras mujeres era mayor y no lo podía controlar. Esto dejó a Paola enojada, celosa, y con baja autoestima, y como resultado se separaron rápidamente.
El tratar de criar a su hijo juntos los mantuvo conectados, los meses pasaban y su vida era una montaña rusa, con subidas y bajadas, las cosas estaban bien cuando de repente se ponían mal, y de nuevo bien.
Ivan y Paola decidieron intentarlo de nuevo, y empezaron a vivir juntos otra vez, pero los patrones se repetían, en el camino añadieron a su segunda hija, Doménica, pero poco después se volvieron a separar.
Incluso después de casarse, todavía no podían hacer que las cosas vayan bien. Ivan andaba detrás de otras mujeres mientras intentaba ser un buen padre, mientras que en Paola solo crecía el resentimiento. Esa familia falsa solo le causaba dolor y era exhaustivo.
Listos para rendirse, Ivan y Paola decidieron darse una última oportunidad, y estaban tan desesperados que decidieron a aceptar una invitación para un retiro de matrimonios organizado por la Iglesia Puembo, iglesia que había sido plantada en 2010 con la ayuda de CMI. Y es ahí que todo cambió.
En ese retiro Ivan y Paola rendieron sus vidas a Jesús, su amor y gracia inundó sus corazones rotos, y la iglesia Puembo se volvió la familia que tanto anhelaban.
Desde el retiro, ambos han recibido ayuda y consejería, sanándose de raíz. Ivan finalmente recibió terapia por los años de abuso sexual que sufrió en su niñez, lo que dio fin a su necesidad de buscar aceptación en los brazos de muchas mujeres. Y Paola que guardaba un rencor por los más de 30 años de infidelidad de vio en su padre, ahora ve a Dios como su padre celestial que nunca le fallará.
Hoy en día, Ivan y Paola ayudan a otras parejas que llegan a la iglesia Puembo en busca de esperanza. Ellos comparten y hablan abiertamente de su historia, y como Jesús los salvó, salvo a su matrimonio y a su familia para que ahora otras familias sean salvan y encuentren esperanza en Jesús.